Y ahora, discapacitados
http://peru21.pe/2012/05/06/impresa/y-ahora-discapacitados-2023033
Domingo 06 de mayo del 2012
El arzobispo de Arequipa y segundo vicepresidente de la Conferencia
Episcopal Peruana, Javier del Río, equipara la homosexualidad con una
discapacidad física o mental.
Pedro Salinas, El ojo de Mordor
psalinas@peru21.com
¿Se trata de una campaña, o qué? ¿O acaso han organizado un torneo
interno para ver quién es el más homofóbico de la logia? Porque vamos.
Ya parece una obsesión excéntrica e inquietante con el tema.
Primero fue Juan Antonio Reig, obispo de Alcalá de Henares, quien
lapidó a los homosexuales tildándolos de corruptos, degenerados y
putos. Y claro. De paso, les condenó al infierno. Al ver el tsunami
suscitado por su hiriente homilía, el prelado trató entonces de
suavizarla y darle un filón más científico a su argumentación. Le
salió peor. En realidad, según el monse, los gays sufrirían una
enfermedad. El síndrome AMS. Atracción hacia el mismo sexo, o sea. Y
tendría cura.
A los pocos días, desde Chile, Jorge Medina, quien fue el cardenal que
se hizo famoso por pronunciar el “habemus papam” desde los balcones
vaticanos para anunciar, acto seguido, a Ratzinger como sucesor del
papa polaco, también arremetió con fiereza.
“Las personas homosexuales llegan a extremos de violencia y de
asesinatos de manera mucho más frecuente que los heterosexuales”, dijo
en la revista Caras, como si se tratase de un dato estadístico de
Ipsos. O del FBI. Más todavía. Bosquejó un símil sobre lo que
representa un gay. “Yo lo compararía con un niño que nace sin un
brazo”, escupió.
Ahora, para no quedarse atrás y en idéntica línea que los anteriores,
el arzobispo de Arequipa y segundo vicepresidente de la Conferencia
Episcopal Peruana, Javier del Río, equipara la homosexualidad con una
discapacidad física o mental. Tal cual. E invita a los gays “a no
ejercer la homosexualidad”. Para no perpetrar “relaciones
contranatura”. Lo dijo en La República, en su edición sureña.
Es así, señoras y señores. La iglesia católica es cruel y homofóbica.
Y excluyente, que también. No es que sea mala, porque hay crueldades
que no son fruto de la maldad, sino de la estupidez y la demagogia,
como en este caso.
Porque ya les digo, si uno va al Catecismo que firmó Wojtyla y elaboró
el propio Ratzinger, se puede constatar que lo que transmiten estos
tres chiflados es consecuente con la doctrina oficial. Para la
iglesia, la homosexualidad “no puede recibir aprobación en ningún
caso”. Sic.
Pero curiosamente, líneas más abajo, señala el mismo Catecismo, que
conste, inspirado por el Espíritu Santo: “Un número apreciable de
hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No
eligen su condición homosexual”. Lo que equivale a una definición que
refrendaría Elton John, oigan.
Y yo me pregunto. Si ello es así, y la homosexualidad es, según la
propia iglesia, algo constitutivo en muchas personas, y eso no supone
ninguna patología somática o psíquica, ni califica como enfermedad o
desviación sexual, como deslizan Curly, Larry y Moe, de lo que estamos
hablando en consecuencia es de segregación. De la exclusión de un
colectivo, para ser precisos.
Si no quedó claro. La iglesia católica sería como un club que no
acepta gays, digamos. Si esa es la norma, pues debería ser un poquito
más coherente y expulsar de su rebaño a los millares que existen entre
sus filas. Y no solamente entre la soldadesca, ojo, porque hay
fundadores y líderes de movimientos religiosos que predican homofobia
e integrismo y llevan una doble vida en plan arco iris. Pregúntenle si
no, a los Legionarios de Maciel. O a la Pía Unión de Karadima. O al
Sodalitium de Doig. Por citar tres ejemplos latinoamericanos.
1 comentario
victor hugo -
es una pena q tengan q soportar los gay y lesvianas estos continuos ataques pero no es algo aislado los atheos somos iguales creo q el unico q no se ira al infierno es el q escribio la biblia pork segun los religiosos todos nos iremos para abajo