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Cyberateos

Comunicados, Manifiestos y Declaraciones

EL SENTIDO DE UNA ASOCIACIÓN DE ATEOS

Intervención de Paco Miñarro, Coordinador de la Federación Internacional de Ateos (FIdA) en el acto de presentación de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores (AMAL) celebrado el domingo 11 de mayo de 2008 en el Salón de Actos “Federico García Lorca” de Rivas-Vaciamadrid.

Compañeras, compañeros.

No siempre tenemos la oportunidad de asistir a la fundación de un colectivo de ateos y librepensadores. En realidad, no es fácil que los ateos demos el paso que va desde el individualismo y la reflexión personal hasta la integración en un proyecto común y participativo. Sin embargo, no se puede dudar de que formamos parte de un movimiento que crece, que adquiere experiencia y que se enfrenta, abiertamente, a lo que quizá puede calificarse como el fenómeno más determinante de nuestro tiempo: el conflicto entre la sociedad civil y las tradiciones religiosas.

Un conflicto que no es nuevo, ya que hunde sus raíces en la oposición dialéctica entre tradición y modernidad que forjó el carácter de la cultura de Occidente. Pero un conflicto que, no obstante, adquiere en el siglo XXI unos caracteres propios, cuya particularidad reside en el retorno de lo religioso como factor de identidad colectiva y en su compleja relación con las nuevas tecnologías de la comunicación.

Una marea conservadora amenaza nuestro mundo. “El desierto avanza”, advirtió ya Nietzsche en su siglo. La democracia y el laicismo se enfrentan a un retroceso fomentado por el comunitarismo y por las exigencias de la fe religiosa.

Se pensó, hace un tiempo, que los avances científicos y tecnológicos bastarían por sí solos para desterrar el oscurantismo y la presión de los fanáticos. Que las viejas supersticiones caerían rendidas ante el saber humano, o que “dios” había muerto, dejando a las iglesias en un proceso de decadencia irreversible. El optimismo de la modernidad dio paso, sin embargo, a la experiencia del abandono y el desarraigo, y los vengativos ídolos fueron nuevamente alzados como estandartes, y sus ejércitos de fieles de nuevo armados y en pie de guerra. La revancha se había anunciado con antelación. Pero apenas fue perceptible para muchos.

Dos fenómenos se han conjugado al respecto del retorno de lo religioso. En primer lugar, la persistencia en el inconsciente colectivo de la idea de un dios como garante de la miseria existencial, y en consecuencia el aprovechamiento de las instituciones religiosas para mantener un espacio ritual en las sociedades sobre las que ejercen su influencia. Y, en segundo lugar, la radicalización de los creyentes más activos y la recuperación de códigos medievales de interpretación, lo que sin duda favorece el espejismo de un enfrentamiento entre las diferentes facciones religiosas.

Pero se trata, al fin, de un espejismo. La deriva fundamentalista del Vaticano y del Islam, por citar sólo las más cercanas a nuestra experiencia social, no responde a un paralelismo reducido a las apariencias, sino que es aplicable, y sobre todo, a sus ambiciones. Ambos dogmatismos teológicos se nutren del mismo maná, y ambos elaboran la imagen del mismo miedo. El enemigo de una religión no es nunca otra religión, sino la realización práctica de una sociedad libre y emancipada.

Es el ateísmo, como afirmó Ratzinger en su última encíclica, junto con el relativismo moral, el hedonismo y el laicismo, lo que más temen estos chamanes totalitarios. Su objetivo no es económico, o no lo es sino hasta cierto grado. En realidad, toda religión se explica como un intento de programación de las existencias individuales, es decir, como propaganda de masas en su estado más puro. La “conversión”, así, se entiende en su sentido más concreto, el de “captación” y sometimiento. Tal es el objeto de la llamada “segunda evangelización”.

Comprendido así, el papel de la razón puede ser visto como el de una “resistencia”, puesto que, para el lenguaje engañoso de los teólogos, la defensa de sus propios intereses implica siempre el desarrollo de un abanico de ofensivas tendentes al cautiverio de la razón. Los mercenarios de la creencia aspiran a imponer el imperio de su neurosis, inoculando en el cuerpo social sus fantasías dogmáticas y sus juicios éticos. Desafían a la ciencia, con la esperanza de mantener a sus fieles presos de la infantil visión de un mundo tutelado por sus fantasmas. De ahí la fundamental importancia concedida por Ratzinger a la relación entre razón y fe. Visto adecuadamente, tal empresa tiene el sentido angustioso de un declive, porque ya no es posible ningún acuerdo entre la cultura y la religión. Por eso el clero de cualquier pelaje actúa siempre contra la cultura, apelando al derecho imaginario de ser respetado por la crítica.

Es prioritario, para las fuerzas de la religión, inyectar en la sociedad elementos morales que favorezcan sus privilegios. Esto hace evidente que los argumentos a utilizar por una organización laicista o atea deberán ser preferentemente aquellos que revelen la naturaleza impositiva del clericalismo y el radical equívoco que implica el ejercicio de una política multiconfesional. La religión, como asunto privado, ha de ser simplemente excluida del espacio público.

¿Cuál es el sentido de una asociación de ateos? Precisamente, el que surge de la convicción del carácter no neutral de la psicopatía religiosa, y que por ello obliga a la movilización y a la responsabilidad pública. No nos asociamos para practicar un onanismo teórico, ni para solidarizarnos con nuestros afines, ni para levantar capillas al ateísmo ideológico. Lo hacemos con el fin de interactuar con la situación política y con el medio social y cultural. Con el fin de responder con fuerza al clericalismo y al conservadurismo. Proponiendo una práctica de libertades y de derechos, y una presión constante sobre los medios de prensa y sobre las instituciones y responsables políticos.

Al menos, es así como lo entendemos en FIdA, y confiamos en que la trayectoria futura de la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores también aspire a practicar un ejercicio exigente, tanto en el ámbito de la alerta frente a los fundamentalismos como en la tarea de reivindicar una democracia laica, en la que exista una completa y definitiva separación entre el Estado y las diferentes confesiones religiosas.

Los mecanismos de trabajo y los medios de acción caracterizan a cualquier colectivo casi más que sus objetivos programáticos. Sobra decir que sus socios habrán de elaborar las estrategias más adecuadas a sus campos de intervención, y teniendo en cuenta las obsesiones antilaicistas del Gobierno de la Comunidad de Madrid, no es difícil aventurar que no faltarán ocasiones para alzar la voz. En todas ellas tendrán, los miembros de AMAL, el apoyo, el respeto y la colaboración de FIdA.

Finalmente, quiero dar las gracias al Ayuntamiento y al pueblo de Rivas-Vaciamadrid. Los responsables de su gestión han demostrado una iniciativa ejemplar en defensa de los derechos y libertades de la ciudadanía. Y han comprendido, a diferencia de muchos otros representantes políticos de la nación, la importancia fundamental que posee una convivencia regida por los principios del laicismo y de la libertad de conciencia.

 

Muchas gracias a todos.

DISCURSO DEL UNO DE ENERO, DIA MUNDIAL DEL ATEISMO

Estimados miembros todos de CyberAteos:



Por segundo año consecutivo, la Moderación me sugiere dirigiros unas palabras en conmemoración del 1 de Enero, una fecha doblemente especial para nosotros los ateos, ya que es el primer día del nuevo año y a la vez el Día Mundial del Ateísmo. En el primer caso, esta fecha viene cargada de buenos deseos y propósitos de autosuperación que nos impulsa a ser mejores cada día sin recurrir a ninguna divinidad, pseudociencia o superstición. En el segundo caso, el Día Mundial del Ateísmo es una fecha en la que conmemorar (cada uno en la medida de sus posibilidades) nuestra liberación racional de las ataduras impuestas por la creencia en un ser sobrenatural inexistente, que nos vigila y nos impone, en la mayoría de las religiones, una moral privativa.



Independientemente de si la fecha elegida para el Día Mundial del Ateísmo (el 1 de Enero) nos guste o no, lo importante es que existe tal fecha, y por lo tanto sería interesante que la promocionásemos en todos los lugares posibles, tanto dentro como fuera de Internet. Es imprescindible que, poco a poco, los movimientos laicistas, y sobre todo ateos y agnósticos, tengan un día común en el que celebrar sus no-creencias y recordar al mundo que librarse de la idea de los seres sobrenaturales es aún una tarea pendiente.



Nuestra comunidad, la Unión de CyberAteos, es un sitio donde los no creyentes nos reunimos con tranquilidad para intercambiar ideas entre nosotros, sin necesidad de gastar energías en defender nuestras convicciones frente a creyentes rabiosos. Lo importante es que esas energías ahorradas las podemos encauzar en pensamientos y acciones más constructivas que fomenten un mundo libre de supersticiones y creencias basadas en la fé. CyberAteos sirve precisamente para encauzar estas energías, y por eso ya hemos hecho, a lo largo de nuestra historia (desde 1999) dos propuestas a la comunidad internacional: el símbolo ateo, y el día del ateísmo. Por otra parte, CyberAteos es un caldo de cultivo de ideas desde donde muchos miembros se han lanzado a otros proyectos laicistas.



Por ello, todo miembro de CyberAteos debería defender y promocionar esta comunidad, que es su comunidad, en todos los lugares posibles. Añadiendo enlaces a CyberAteos en sus webs, hablando de nuestra comunidad a amigos y familiares (aunque sean creyentes) y, en general, promocionándola como lugar de reflexión y cultivo de nuevas ideas frente a todos sus conocidos. De este modo CyberAteos podrá crecer y cumplir aún mejor sus objetivos, que son los objetivos de todos nosotros.



Feliz día del ateísmo. Feliz y próspero año 2007 a todos los miembros de CyberAteos :-)



Carlos Grima
Presidente de la República de la Unión de CyberAteos