CURSO ACELERADO DE ATEISMO
(Sólo apto para personas capaces de pensar)
PRIMER EJERCICIO PRÁCTICO DE CONVERSACIÓN.
—Y dice usted que no cree en la salvación o condenación del alma.
—Tengo mis dudas, porque primero usted no me ha demostrado todavía la existencia del alma...
—Pero caballero...
—No, no me lo ha demostrado usted. Después supone usted que el alma es inmortal, y en tercer lugar supone que será juzgada y premiada o castigada según su conducta en esta tierra. Como comprobará, necesito al menos tres demostraciones para seguir esta conversación.
—Es usted un materialista.
—Bueno, y usted es un idealista.
—No me negará que el hombre necesita de una justicia divina.
—Pues sí lo niego porque no veo la necesidad de esa necesidad.
—El hombre necesita creer no sólo en la inmortalidad de su alma, sino también en la existencia de esa justicia divina.
—¿Y por qué ha de necesitar creer en todo eso?
—Así ajusta su conducta con la justicia, se hace moral, más bueno.
—En resumen, que usted predica la fe.
—La fe que mejora al hombre.
—El hombre no está hecho solamente de sentimientos sino también de razón, ¿de acuerdo?
—Sí, de acuerdo.
—Entonces toda creencia o todo sentimiento que vaya en contra de su razón no es un bien para el hombre, sino un mal para el hombre.
—Pero usted lo niega todo.
—Al contrario, defiendo la existencia de una razón humana, la única que puede hacernos comprender, vivir...
—La razón no es nada, la fe es todo.
—Yo podría decir exactamente lo contrario, porque las dos afirmaciones son difíciles de verificar. Pero en fin ahí va mi afirmación: la fe no es nada, la razón es todo.
—Vistas así las cosas... en fin, se podría llegar a un arreglo, yo también soy un hombre razonable, y creo que hay un momento para la fe y otro para la razón.
—Error, amigo mío, craso error, todo momento dedicado a la fe ha de ser examinado, es decir criticado por la razón del hombre, luego no hay un momento para la fe y otro para la razón.
—Usted no se aviene a razones.
—Querrá usted decir que no me avengo a fes, porque razones es lo único que le estoy dando.
—Total, que es usted un ateo redomado.
—Quite lo de redomado, no me gusta presumir.
("Curso acelerado de ateísmo" por Antonio Lopez Campillo y Juan Ignacio Ferreras)
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