Luces sobre el escándalo en el Sodalicio
Tomado del blog El quinto pie del gato, de José Enrique Escardó.- Hace poco más de diez años escribí seis artículos que recogían algunas de mis experiencias mientras viví en las comunidades del Sodalicio de Vida Cristiana o Sodalitium Christianae Vitae (SCV). Lo que vino después fue una andanada de amenazas, mentiras, insultos y todos los ataques que uno podría imaginar. Fue tanta la presión que, después de seis semanas, tuve que dejar de escribir.
Un año después, el programa “Entre Líneas”, de Cecilia Valenzuela, que se emitía por Canal N, difundió un valiente reportaje en el que hablaron padres de miembros del SCV y personas que nos habíamos ido del SCV. Luego del informe, ‘Chichi’ me entrevistó y resumí, en lo que me permitió el tiempo, algunos de los pasajes más sombríos de mis artículos.
El periodista Pedro Salinas publicó, ese mismo año, su novela “Mateo Diez”, que remeció nuevamente las bases de lo que se ha convertido en menos de cuarenta años en uno de los grupos más poderosos de la Iglesia Católica.
Muchos de los que pertenecimos al SCV salimos asqueados por lo que vimos, pero casi nadie se atrevió a contarlo, obviamente, por temor a las represalias. A mí me tomó trece años hacerlo y no me fue posible completar mi relato.
Hoy, Diario16 ha publicado lo que sería el verdadero motivo detrás de la renuncia del fundador del SCV, Luis Fernando Figari. Una historia que recién empieza y en la que se habla de algunos casos de abuso sexual a menores de edad por parte de Germán Doig Klinge, quien fuera Vicario General del SCV y falleció hace unos años.
Yo conocí muy de cerca a Doig, ya que fue nada menos que mi “director espiritual” en mi primera etapa de sodálite. Una de las cosas que nunca llegué a escribir fue sobre aquella única ocasión en la que, en su oficina del Centro Pastoral de San Borja, pretendió ir más allá de lo que permite el normal contacto entre dos hombres heterosexuales.
Germán era muy “físico”, tocaba mucho a la gente, pero de una manera en que nadie sospecharía que se trataba de un afecto más allá del aceptado por la caridad bíblica. Y creo que esa era su estrategia, ya que la línea que separaba ese afecto “paternal” de la posibilidad de un acercamiento sexual era delgadísima, en especial para chicos que, como yo, no pasábamos de los 17 años y no sabíamos mucho de la vida.
Hoy, diez años después, y a la luz de las revelaciones de Diario16, volveré a publicar en este blog mis artículos, uno por uno, en una versión menos irreverente y juvenil que los originales, pero que, definitivamente, servirán de instrumento para que los lectores entiendan mejor de qué se está hablando hoy.
NOTA: Al buscar enlaces para enriquecer este post, noté que el SCV parece haber borrado todas sus noticias relacionadas con Germán Doig, incluido el sitio web oficial que abrieron para promover su causa en el Vaticano: http://www.germandoig.org
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